El hombre que salvó a 669 niños del horror Nazi.


Situémonos en la época ,la segunda guerra mundial, el terror Nazi atenaza Europa,el conflicto mas sangriento de la historia,en el que se calcula que 60 millones de personas perdieron la vida y lo peor de todo la mayoría civiles,el espanto horroroso del Holocausto.
Pero lo mejor de todo esto es que siempre queda un rayo de luz, de bondad, como en el caso que hoy nos ocupa,un hombre que lucho por salvar vidas, muchas vidas,muchos inocentes niños.

Nicholas Winton nació en Londres el 19 de mayo de 1909. Hijo de inmigrantes alemanes de origen judío, un joven inglés de buena familia de principios de siglo.
En 1931, una vez finalizados sus estudios, entró a trabajar como agente de bolsa en su ciudad natal. Los años fueron pasando y la cómoda vida de Winton siguió pero en diciembre de 1938 todo cambió para él.En esos tiempos devia pasar unos días de vacaciones esquiando en Suiza pero recibió una llamada de su amigo Martin Blake en la que le pidió que no hiciera planes para esos días y se dirigiera a Praga. "tengo un asunto importante para ti no te traigas los esquís".Le dijo su amigo.

En la fotografía siguiente podemos ver a Nicholas y dos compañeros junto a una ambulancia en Francia en 1940.

Al llegar , Blake le preguntó si quería ayudarle en los campos de refugiados de la zona, donde miles de seres humanos, muchos niños de origen hebreo, malvivían en condiciones infrahumanas. La visión del drama le marcó profundamente.
Tanto que decidió montar una oficina improvisada en la habitación del hotel en que se hospedaba y comenzó a elaborar un plan para sacar del país a tantos chiquillos judíos como fuera posible para llevarlos a otros estados donde pudieran vivir en paz y tranquilidad, lejos del horror nazi.
Poco a poco, la comunidad hebrea de la capital checa se hizo eco de la presencia de Winton en la ciudad y del motivo que le impulsaba a seguir allí,y centenares de familias acudieron a visitarle para tratar de persuadirle de que incluyera a sus hijos en la lista de los niños que iba a intentar salvar.

Desesperados ante el avance delos Nazis, quienes le iban a ver trataban de conbencerle de que su situación era la más desesperada, de que su caso era el más urgente. El alud de solicitudes lo obligo a abrir una nueva oficina en la calle Vorsilska para poder atender a tanta gente como fuera posible. Su amigo Trevor Chadwick se ocupó personalmente de ese despacho.
En pocos días centenares de familias habían acudido a solicitarle ayuda para salvar a sus hijos y Winton se encontraba ahora desbordado.¿como conseguir salvarlos y adonde enviarlos?

Consciente del problema que tenía, contactó con embajadores de las naciones que consideraba que podrían hacerse cargo de los chavales, pero sólo el gobierno sueco accedió a ocuparse de un grupo de niños. Gran Bretaña se comprometió aceptar a los que fueran menores de 18 años sí y sólo sí antes encontraba a familias dispuestas a acogerlos. Unas familias que además deberían abonar por anticipado 50 libras por cada niño para pagar su futura vuelta a casa.


Los días de vacaciones pasaron y Winton no tuvo más remedio que volver a Londres para reincorporarse a su trabajo. Pero esto no le impidió seguir su plan de rescate. Creó una organización con el nombre "El Comité Británico para los Refugiados de Checoslovaquia, Sección para Niños", que en un principio sólo contaba como miembros con él mismo, su madre, su secretaria y unos cuantos voluntarios.



Creado el Comité, tuvo que hacer frente a un gran problema, el mayor para llevar a cabo su proyecto: conseguir la financiación necesaria para pagar los costos del viaje en tren de los niños desde Checoslovaquia hasta el país de acogida y encontrar personas para hacerse cargo de los chicos y pagar las 50 libras que reclamaba el gobierno.
Con esto sobre la mesa, Winton comenzó a publicar anuncios en los diarios británicos, en las iglesias y en las sinagogas solicitando ayuda. La respuesta de los londinenses fue entusiasta. En unas semanas, centenares de familias aceptaron acoger a los niños y aportaron el dinero necesario como para iniciar los traslados.

El primero se efectuó el 14 de marzo de 1939 en avión. En los siguientes meses se organizaron otros 7 transportes, todos por tren. El último el 2 de agosto de ese mismo año. Los ferrocarriles tenían como destino la estación de Liverpool Street, en Londres, donde esperaban las familias de acogida.

El octavo tren tenía que salir de Praga el 1 de septiembre de 1939 y en él iban a viajar otros 250 niños, pero ese mismo día Alemania invadió Polonia y cerró sus fronteras. El transporte, literalmente, desapareció. Ninguno de los menores volvió a ser visto nunca más. Fueron 250 víctimas que se sumaron a los más de 15.000 NIÑOS que perecieron asesinados en Checoslovaquia durante la 2ª Guerra Mundial.

En total Winton rescató a 669 niños judíos. Una hazaña que hubiera merecido múltiples condecoraciones y actos de homenaje pero que quedó en el olvido durante 50 largos años ya que nuestro protagonista no lo desveló.
No fue hasta 1988 cuando Greta, su mujer, encontró un viejo maletín de cuero escondido en el desván de su casa y, rebuscando entre los papeles que contenía, encontro fotos de 669 niños, una lista con el nombre de todos ellos y algunas cartas de sus padres. Tal descubrimiento provocó que Winton no tuviera más remedio que explicarle a su esposa lo que había acontecido décadas atrás.
Sorprendida por la historia que le acababa de explicar su marido, Greta se puso en contacto con Elisabeth Maxwell, una historiadora especializada en el Holocausto nazi y mujer del magnate de la comunicación Robert Maxwell, propietario de periódicos como el Daily Mirror y el Sunday Mirror.
Maxwell, cuyas raíces eran checas, quedó tan impresionado por la gesta de Winton que decidió publicar la historia en sus diarios. Poco después, la BBC se hizo eco de los sucesos que habían acaecido medio siglo antes y los acontecimientos se precipitaron. En unos días pasó de ser un personaje anónimo a convertirse en un héroe nacional, tanto en su país como en la antigua Checoslovaquia.

Tanto es así que en 1993 la Reina Isabel II le nombró Miembro del Imperio Británico; años más tarde, el 31 de diciembre del 2002, lo condecoró con el título de Caballero por sus servicios a la Humanidad; también ostenta el título de Liberador de la Ciudad de Praga y la Orden de T. G. Marsaryk, que recibió de manos de Vaclav Havel el 28 de octubre de 1998; el 9 de octubre del 2007 recibió la máxima condecoración militar checa, La Cruz de la 1ª Clase, en una ceremonia en la que el embajador checo mostró su apoyo público a una iniciativa impulsada por estudiantes del país que contaba ya con más de 32.000 firmas y en la que se solicitaba que le otorgaran el Premio Nóbel de la Paz.

La historia de Nicholas Winton ha servido de inspiración para la realización de dos filmes: All my loved ones, dirigida por el realizador checo Matej Mináč, y Nicholas Winton: The Power of Good, un documental que ganó un Emmy en el año 2002.

A sus 98 años de edad, Nicholas Winton reside en Maidenhead, una pequeña localidad situada en el sur de Gran Bretaña. Siempre lleva consigo un anillo que le regalaron algunos de los niños a los que salvó con la siguiente inscripción: "Salva una vida, salva el Mundo".

Espero que les haya gustado la historia.
Regatecha.

No hay comentarios: